PATERSON, Guillermo Cleland

PATERSON, Guillermo Cleland (médico, investigador, científico)
Hijo de John Paterson y Mary Jane Lothian Nab, nació en Watherby, condado de Yorkshire, Inglaterra, el 23 de marzo de 1871. Fue el menor de dos hermanos.
Cursó la educación secundaria en la Academia Hamilton en Escocia. En 1889, ingresó en la Escuela Médica de Liverpool perteneciente a la Universidad Victoria de Manchester. Terminó allí sus estudios en 1893, pero fueron sus deseos obtener el título en Escocia de donde eran sus progenitores. Rindió el examen final en los Reales Colegios de Médicos y Cirujanos de Edimburgo y en la Facultad de Médicos y Cirujanos de Glasgow. Allí obtuvo la triple calificación, otorgada en conjunto por los colegios escoceses como Miembro del Real Colegio de Cirujanos (Edimburgo), Licenciado del Real Colegio de Médicos (Edimburgo) y Licenciado de la Facultad de Médicos y Cirujanos (Glasgow). En ese entonces, había logrado una muy respetable calificación médica.
Al año siguiente, fue contratado por los hermanos Leach, propietarios del ingenio →La Esperanza, aledaño a →San Pedro de Jujuy, para desempeñar funciones de médico en el establecimiento.
Desalentador fue el panorama sanitario que observó Paterson a su llegada: gente ignorante con una vida muy primitiva, sin principios elementales de higiene, azotado por las endemias regionales que actuaban libremente sobre organismos debilitados por la mala alimentación, el alcoholismo y las avitaminosis. Era también presa de viejos prejuicios, desconfiada y reacia a todo tratamiento médico. Predominaba el curanderismo con una medicina empírica a la que se agregaba cierta dosis de magia, brujería y sortilegios. Este conjunto de factores adversos, no fueron suficientes para torcer la firme determinación del joven profesional dispuesto a entregarse por entero al trabajo por más esforzado y sacrificado que fuese. Era el primer médico que se instalaba en la región y por 16 años sería el único galeno de los departamentos →San Pedro y →Ledesma.
Con su microscopio de estudiante y con colorantes que trajo a su arribo, encontró en el primer año de su llegada, o sea en 1894, las tres especies del agente productor del →paludismo. Ellas eran iguales a las encontradas en todas las partes del mundo donde existían las fiebres maláricas, “plasmodium vivax” para la terciana benigna, “plasmodium falciparum” para la terciana maligna y “plasmodium malariae” para la cuartana.
A los dos años de su estadía, en 1896, fundó el Hospital La Esperanza, segundo de la Provincia, contemporáneo del Hospital del Milagro en →Salta y primer hospital de una empresa privada del país. Por esa fecha, los hermanos →Leach, a su solicitud, adquirieron en Inglaterra para el flamante hospital, el primer aparato de rayos equis llegado a la Argentina. Increíble fue para gente de aquellos tiempos comprender que se podía ver directamente los cuerpos extraños y los huesos a través de las partes blandas. El aparato constaba de una bobina Ruhmkerff, ampolla radiógena, que era del tamaño de una lámpara eléctrica de 40 vatios, y pantalla para radioscopía.
Al finalizar el siglo, en 1899, acompañó a los hermanos Leach en la exploración del río →Bermejo. Fue el médico de la expedición y por sus conocimientos y capacidad encargado de registrar la barometría, la latitud y longitud de los principales puntos geográficos que recorrieron los expedicionarios. Estos datos, permitieron luego trazar una carta (en tres planchas) de los ríos →Grande de San Pedro, →Lavayén, →San Francisco y Bermejo hasta el río Paraguay.
En 1900, en unas vacaciones de seis meses, que le correspondieron por no haber tomado asueto durante los seis años trabajados hasta ese entonces, viajó a Inglaterra. Allí siguió un curso sobre cirugía ocular en el Westminster Oftalmic Hospital de Londres. De regreso, pudo realizar las primeras iridectomías y operaciones de catarata en la región. Se constituyó indiscutiblemente en el primer oculista de la provincia de Jujuy.
G.C.P. fue también el primero en aplicar el radium en medicina en el país, ya que en otro viaje realizado por ese tiempo a Inglaterra, los hermanos Leach adquirieron dos tubos con diez miligramos de radium para el Hospital La Esperanza.
En 1889, los italianos Grassi y Bastianelli, siguiendo estudios de Manson y Ronald Ross, determinaron que mosquitos de la especie anófeles eran los vectores del parásito del paludismo. G.C.P. investigando dos años después los mosquitos en el arroyo San Pedro, que corría al noroeste de la población de San Pedro de Jujuy y vecino al ingenio La Esperanza, determinó que el único insecto que tenía importancia epidemiológica entre nosotros, de todas las variedades existentes, era el “Anopheles pseudopunctipennis”. Sus larvas se criaban en aguas en movimiento, limpias y soleadas, en simbiosis con el alga espirogira, conocida como “verdin” o “enlame”.
En 1904, el doctor Carlos Malbrán, presidente del Departamento Nacional de Higiene, solicitó a los médicos de las regiones palustres, que le remitieran extendidos de sangre de enfermos maláricos. Paterson le envió preparados de las tres especies de plasinodios, como así zigotes y quistes estomacales de los anófeles de la región. Este material excepcional y único, llegado a manos de Malbrán, hizo que éste viajara en un tren sanitario al ingenio La Esperanza a conocer al inglesito que lo había deslumbrado con sus investigaciones.
Luego, en reconocimiento a su labor el Dr. Malbrán lo designó delegado honorario del Departamento Nacional de Higiene, encargado de la defensa antipalúdica de la segunda circunscripción San Pedro-Ledesma.
En los primeros años de este siglo, G.C.P. fue el fundador y primer médico director del Hospital de Beneficencia de San Pedro de Jujuy, antecesor del moderno hospital de la ciudad que en su honor lleva su nombre.
En 1908, halló en el raspado de la mucosa bucofaríngea de un enfermo del Hospital La Esperanza, una microfilaria. Al año siguiente, en ocasión de una nueva visita del Dr. Malbrán, le obsequió los preparados de la microfilaria. Prometió este utilizarlos en una comunicación que lamentablemente nunca realizara. Después, en 1927, el profesor Aráoz Alfaro y Biglieri descubrieron la misma filaria en la sangre de un enfermo en la provincia de →Tucumán, que denominaron microfilaria tucumana. La innata modestia de G.C.P. le inhibió de hacer valer la prioridad de este descubrimiento que pudo haber dejado su nombre escrito en otro capítulo de la patología regional argentina.
En 1910, el Laboratorio de Bacteriología de la ciudad de Tucumán estaba acéfala y el Dr. Benigno E. Vallejos, presidente del Consejo de Higiene de esa provincia, le ofreció su dirección, para colaborar en la Defensa Antipalúdica de ese estado. A Paterson lo tentó la propuesta de dirigir una institución de ese carácter, con un laboratorio bien montado y en el que podría continuar sus investigaciones. Por cierto, era distinto del pequeño laboratorio del Hospital La Esperanza que había usado hasta ese entonces; por otra parte, el sueldo era superior al que percibía en el ingenio. Los hermanos Leach dieron su consentimiento para que se trasladara a Tucumán y le manifestaron que siempre habría un puesto esperándolo.
Así llegó Paterson a la capital del Jardín de la República en 1911. Llevó con él, el laboratorio clínico a la ciudad de Tucumán y con la investigación de los tejidos en los enfermos, dio comienzo al estudio de la anatomía patológica. Halló allí, por primera vez en la Argentina a la “Leishmania brasilensis” agente de la “leishmaniasis cutáneo mucosa americana”.
Su actividad no se redujo al laboratorio, sino que actuó en clínica y cirugía, proporcionando consejo y ayuda a todos los médicos de la ciudad.
Luego fundó, con Miguel Lillo y el Dr. Vallejos, la revista “Anales del Consejo de Higiene de Tucumán”, primera publicación científica tucumana de aparición cuatrimestral. Tuvo asimismo oportunidad de aplicar el Salvarsán o 606, medicamento antiluético que acababa de descubrir Paul Ehrlich. Poseía éste, una complicada preparación previa a su administración, la que gustoso enseñó a los médicos tucumanos.
Formó parte del primer Consejo de la Universidad de Tucumán. Con Juan B. Terán y Miguel Lillo se constituyeron en los verdaderos pilares de la nueva institución. También cumplió funciones como profesor de bacteriología en la Escuela de Farmacia. El 11 de mayo de 1914, Paterson dictó la clase inaugural de la flamante alta casa de estudios, una conferencia magistral que versó sobre un tema de higiene. En noviembre de 1915, renunció al cargo de director del Laboratorio de Bacteriología y regresó al ingenio La Esperanza donde el médico que lo reemplazaba Guillermo Rocha, había contraído una terciana maligna, por lo que debió de alejarse de lugar en busca de otro clima.
Los hermanos Leach le asignaron la misma remuneración que recibía en Tucumán y le instalaron un laboratorio moderno con los últimos adelantos en colorantes y reactivos. Paterson continuó con sus investigaciones sobre “leishmaniasis”, enfermedad que era endémica en la zona y se ocupó también de sus vectores, los flebótomos.
En 1925, conoció a Charle Nicolle, cuando el sabio francés realizaba una gira de exploración sanitaria por el noroeste del país en compañía de →Salvador Mazza. El investigador galo tuvo palabras de elogio para la obra que llevaba adelante el médico inglés. Posteriormente, Salvador Mazza fundó la →Sociedad Argentina de Patología Regional del Norte, con distintas filiales en las provincias del noroeste. Paterson fue un asiduo colaborador e integró como presidente la primera seccional de la provincia de Jujuy, honor que le dispensaron los colegas argentinos y que el galeno inglés siempre agradeció. Fue la primera sociedad médica científica de la Provincia.
En 1928 el edificio del viejo Hospital La Esperanza resultaba pequeño para la atención de los empleados, obreros y sus familiares. Por ello el nosocomio fue trasladado a un local más amplio y es el que ocupa en la actualidad. Paterson pudo contar entonces con un laboratorio más grande que ocupaba toda una sala.
Cuando se fundó la →Misión de Estudios de Patología Regional Argentina en los aledaños de la ciudad de Jujuy, que era un laboratorio de extensión de estudios de la Universidad de Buenos Aires, sus consejos sobre su organización fueron muy tenidos en cuenta.
El 27 de julio de 1943, cumplió sus bodas de oro en la medicina. El acontecimiento fue festejado con una cena en el Rotary Club de San Pedro de Jujuy, del cual era miembro honorario. Asistieron representaciones médicas de las ciudades de Jujuy y Salta y del Departamento Nacional de Higiene. Manifestó Paterson en el discurso con el cual agradeció la demostración, que se hallaba dispuesto a recibir otra invitación semejante en 1968, cuando cumpliría las bodas de diamante.
Iniciado en la Francmasonería, rito escocés, durante su vida de estudiante universitario, continuó desarrollando estas actividades cuando se radicó en Tucumán, donde militó como miembro de la Logia Estrella de Tucumán Nº 71. Más tarde, el 30 de agosto de 1918, se constituyó en uno de los fundadores de la Logia Vanguardia del Norte Nº 331 de San Pedro de Jujuy, a la que presidió por varios períodos y de la que llegó a ser Gran Maestre.
Amante de la música desde muy pequeño, fue un eximio ejecutante de violín y armonio. Asimismo, tocaba la bandurria y la guitarra, a las que acompañaba con canciones en inglés y castellano. Cultivó también otras disciplinas como la astronomía y la parasicología.
Fue autor de 20 trabajos científicos referentes a enfermedades infecciosas, paludismo, “leishmaniasis” y enfermedad de Chagas y sus agentes vectores. Muchos aspectos de ellos se trataban por primera vez en la ciencia. Con justicia se lo debe considerar el padre de la patología regional argentina, o sea el estudio de las enfermedades en su vinculación con la geografía, ya que fue el iniciador de esta disciplina en el país.
Estaba casado con Carmen Valdez, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: Inés, Raúl, Humberto y Esther Agueda.
Falleció a los 75 años de edad, el 26 de marzo de 1946 en La Esperanza. Su tumba se halla en el cementerio de San Pedro de Jujuy. Una calle de la ciudad y el hospital local recuerdan su nombre.
Bibliografía: Diccionario General de la Provincia de Jujuy de Antonio Paleari
Fuente: Biblioteca Popular de Jujuy

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