Manuel Belgrano

Manuel José Joaquín Belgrano
Buenos Aires, Argentina (3/6/1770 — 20/6/1820)
Abogado, economista, político y militar. Prócer
de la independencia argentina.
Logia “Independencia”, Argentina.
Logia “Los Caballeros Racionales” No. 7, Cádiz.

Descendiente de padre italiano, cursó sus estudios iniciales en Buenos Aires y se graduó en derecho en universidades españolas (1793). Reconocido por sus cualidades y por su espíritu claramente católico, obtuvo un permiso especial para poder leer textos prohibidos de Rousseau, Diderot, Voltaire, entre otros. Fue nombrado secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires (1794 – 1810), desde donde impulsó la educación a pesar del criterio español, que prefería que sus colonias se mantuvieran en la ignorancia. Escribió para el periódico “El Telégrafo Mercantil” y para el “Semanario de Agricultura, Comercio e Industria”. Belgrano era partidario que las importaciones debían estar en función de objetivos nacionales y que debía producirse localmente todo lo que fuera posible. La carrera militar de Belgrano se inició en 1797, llegando a participar en la defensa ante los ingleses (1806). Ante la invasión francesa a España, Belgrano propuso el carlotismo, que pretendía pasar el gobierno en América del rey español a su hermana, la infanta Carlota, con la idea de ganar autonomía. Fue uno de los principales dirigentes de la Revolución de Mayo (1810) que instauró una Junta de Gobierno independiente de España, luego de lo cual se le encargó el mando del ejército libertador del Paraguay. Sus acciones bélicas no fueron decisivas pero aportaron a la instauración del primer gobierno independiente, aunque no pudo mantener a Paraguay unido a Argentina (1811). En 1812 creó la bandera argentina, con la cual consiguió importantes triunfos ante los realistas en Tucumán y Salta. Continuó la campaña en el Alto Perú (Bolivia) sin mucho éxito y en 1814 pasó el mando a San Martín. Enfermo, se dedicó a la diplomacia y a participar sin convencimiento en las disputas internas en Argentina, «Hay mucha equivocación en los conceptos: no existe tal facilidad de concluir esta guerra; si los autores de ella no quieren concluirla, no se acabará jamás… El ejército que mando no puede acabarla, es un imposible. Su único fin debe ser por un avenimiento… o veremos transformarse el país en puros salvajes”. Murió en medio de la pobreza, el premio económico por sus victorias militares lo donó a la construcción de escuelas públicas.

SU PALABRA

  • La vida es nada si la libertad se pierde.
  • Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
  • Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
  • Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquellos.
  • Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
  • Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
  • Antiguamente se halló en la política la máxima siguiente: “Es bueno, mantener la gran masa del pueblo en la ignorancia, idea que aunque no fuera indigna del hombre, se opone directamente al verdadero interés del Soberano.” […] Ese es uno de los objetivos más importantes del gobierno. Vasallos dichosos y Soberano poderoso, son los resultados del estado actual de las escuelas públicas, y de la educación lugareña, que después de mil ensayos, se han establecido en varias provincias de Alemania, Suecia, Inglaterra, etc. […] Por este medio se logran en la gran masa de una nación costumbres sanas.
  • Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquel.
  • Sin enseñanza no hay adelantamientos y he clamado siempre por la escuela […] como medios para la prosperidad del Estado, pero sus fondos adictos a una deuda contraída por este comercio en beneficio del erario, no han prestado margen para que pudiese disponer de ellos.
  • Basta con que los maestros sean virtuosos y puedan con su ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y juventud y dirigirlos por el camino de la Santa Religión y del honor y pudiendo enseñar a leer bien, poco importa que su forma de letra no sea de lo mejor; suficiente con que se pueda entender.
  • El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
  • A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.

Compartir artículo en:

WhatsApp
Facebook
X
Threads
Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Artículos

Documental

San Martín, el hombre detrás del mito

Con la presencia del Pablo Lázaro, presidente de la Gran Logia de Argentina y de reconocidos especialistas sobre José de San Martín. ————Ficha Técnica———— Pablo Lázaro:

Leer más »
Masones Famosos

Mozart: música, ideales y masonería

Wolfgang Amadeus Mozart, ampliamente reconocido como uno de los compositores más destacados de todos los tiempos, tuvo una conexión directa con la masonería. Este vínculo ha

Leer más »