EL COMPORTAMIENTO
El comportamiento es un reflejo de la personalidad y, obviamente, puede ser, a través del conocimiento (instrucción), cambiado; la moral es el elemento básico del comportamiento; la sociedad espera de sus miembros un comportamiento perfecto; normalmente, el comportamiento tiende a seguir el camino del bien; en sentido contrario, el mal comportamiento se convierte en mala conducta.
Con la Iniciación Masónica, la institución no pretende transformar al hombre profano en un ser perfecto, diferente a los demás, creando una figura especial.
Evidentemente, como sucede en las religiones, el individuo que se dedica a amar a su prójimo exteriorizará un comportamiento social cada vez mejor.
Sin embargo, el comportamiento masónico difiere del comportamiento profano. La diferencia radica en que el masón viene a la Logia y convive con otros masones, en un intercambio constante de sus virtudes que emergen de su interior espiritual.
El sabio dicho dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
El masón siempre debe tener presente que pertenece a un grupo selecto, formado por iniciados.
Su comportamiento debe ser excepcionalmente bueno en todos los sentidos.
Breviario Masónico / Rizzardo da Camino, – 6. Ed. – San Pablo. Madrás, 2014, pág. 97.